Dinamométricas: utilidad y modo de uso

Tener una llave dinamométrica a menudo parece un extra inútil, si total «a ojo» ya apretamos bien los tornillos… Es cierto que la fórmula «cuándo haga duro, un poco más» suele funcionar, pero si soltáis y apretáis algún tornillo de vez en cuando, ¿cuántas veces os quedáis con la duda de si os quedáis cortos u os habéis pasado?

Debería sobrar decir que la bicicleta es un «trasto» donde prácticamente cada apriete es crítico y está relacionado directamente con nuestra propia seguridad. Si nos pasamos, lo menos malo es que estropeemos el tornillo o la «frágil» rosca de aluminio de X pieza, obligándonos a cambiar alguna parte de la bici (un caso muy habitual, sólo tenéis que leer en los foros, y que suele salir más caro que haber comprado a tiempo una dinamométrica); lo peor es que el tornillo rompa a medio camino o se suelte, y nos zapatée vaya usted a saber dónde…

Entre los aprietes habituales e importantes que todos hacemos de vez en cuando podemos citar… por ejemplo, cuando cambiamos una rueda y nos rozan los discos con las pastillas de freno, que hay que reapretar las pinzas, aprietes en el manillar o en la potencia, recolocación del sillín, manetas de cambios o de frenos (aunque éstos no son tan problemáticos), etc.

Lo cierto es que tenemos a nuestra disposición toda una gama de dinamométricas de todos niveles y precios, y hacernos con una no representa un gran desembolso de dinero. En internet las encontramos a partir de, más o menos, 30 euros (sin cabezales). No están diseñadas para un uso intensivo, pero sí son fiables y suficientes para los escasos usos que vamos a dar a nivel casero, con un rango suficiente para todos los aprietes de bicicleta, desde 2 a 20 o 24 Nm. Ya acercándonos a los 55 euros encontramos herramientas de mejor calidad, aptas para uso de taller. De ahí para arriba, solemos encontrar dinamométricas demasiado grandes y aparatosas para bicicleta y con rangos de fuerzas de apriete demasiado elevadas para lo que necesitamos. Tal vez encontramos, eso sí, kits con todos o casi todos los cabezales que necesitaremos.

Bien, eso por una parte, pero la otra es, ¿y cómo se usa una dinamométrica? Y es que no es un tema tan trivial como parece, porque, incluso en mi trabajo, cuando hay que pasar un apriete por dinamométrica lo que hacen es, una vez apretado el tornillo, aplicar la dinamométrica; si da el par (el click) y el tornillo no se mueve, es que está bien. ¡ERROR! Un tornillo en reposo tiene una fuerza de fricción que vencer, con lo que el apriete puede estar, digamos a 6 ó 7 Nm y «colar» por 8 Nm, por ejemplo. O peor aún, el apriete puede estar pasado muy por encima y, obviamente, el «click» va a sonar cuando aplicamos una fuerza inferior.

La forma correcta de realizar un apriete con la dinamométrica es, con el tornillo aproximado pero flojo, tiene que girar una vez aplicamos la dinamométrica, tiene que detenerse por si mismo y cuando suena el «click» dejamos de apretar. Ni más ni menos, ya tenemos el par correcto. Si hemos aplicado la dinamométrica para comprobar un atornillado, ha saltado el «click», pero el tornillo no se ha movido, la comprobación está mal realizada. Hemos de aflojar un poco y volver a apretar.

¿A qué par de atornillado va cada tornillo? Bien, eso… depende de cada componente, aunque normalmente (hoy en día) todos los valores vienen serigrafiados tanto en el componente de la bici como en algunos casos en el propio tornillo, como en los de los basculantes. Las potencias suelen llevar un apriete de 4 ó 5 Nm, los frenos y cambios en el manillar 2,5 Nm, las pinzas de freno 9 Nm, los raíles del sillín van a 10 Nm… Hay que ver o informarse de cada caso, pero, cómo veis, son valores muy dispares, como para calcularlos correctamente a mano…

ACTUALIZACIÓN 30/08/14: Algunos usuarios de las dinamométricas aquí citadas han comentado que han tenido problemas con ellas. Al parecer, algunas han salido defectuosas y han dejado de funcionar correctamente, con lo que se han cargado piezas de la bici por apretar demasiado. Lejos de mi intención está recomendaros una herramienta que os termine saliendo más cara o perjudicial que el tacto de toda la vida. Sopesad si tenéis un buen «tacto mecánico» y podéis prescindir de ajustes perfectos o si preferís la, en la mayoría de los casos, buena fiabilidad de estas herramientas.

Para terminar, un vídeo, donde los de Mundo Mammoth explican el tema de las dinamométricas.

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