Junio de 2018, los «plataformas 2D» habían vuelto con fuerza, y ya había disfrutado títulos como Rayman Origins o Legends. Ese mes había nuevos descuentos, y dos metroidvania eran altamente calificados: uno se llamaba Ori and the Blind Forest, y atrajo rápidamente mi atención, en gran parte debido a su extraordinario apartado visual, sonoro y a su conmovedora intro. El otro juego que aclamaba el público tenía por nombre Hollow Knight, pero éste, en cambio, me parecía un juego más básico, más soso, y no me atraía nada. Compré el primero en aquella ocasión y no me equivoqué, lo disfruté mucho, de principio a fin.
Durante estos años, en ocasiones en que el juego estaba de oferta, echaba un vistazo e iba profundizando un poco más en lo que Hollow Knight ofrecía a sus fans, pero seguía sin terminar de convencerme. No en vano, ya en el pasado me había dejado influenciar por las opiniones de terceros en lugar de lo que me transmitía a mí un título y había acabado jugando a cosas que para mí dejaban mucho que desear. Sea como fuere, hace un mes el juego estuvo a un precio ridículo y ya no hubo excusa para no darle una oportunidad y entrar en su mundo, tras tantas vueltas de cabeza con él.
HALLOWNEST
Adentrarse en Hollow Knight significa adentrarse en el taciturno Hallownest, el bello y melancólico reino donde sucede la historia de nuestro caballero, un mundo de bichos donde encontraremos todo tipo de seres, con mejores o peores intenciones sobre nosotros.
Hallownest es un mundo con una personalidad muy marcada y con un planteamiento muy consistente, ofreciendo un mapa lleno de variedad, repleto de secretos y lore, y todo muy detallado, con un gusto exquisito, pese a lo «monótono» que pueda parecer, a priori, su colorido. Monótono parece, cuando ves un par de imágenes o un vídeo rápido, sin embargo, hay que ponerse a los mandos de Hollow Knight para comprender qué error de juicio estabas haciendo. Team Cherry, el equipo desarrollador, juega de manera magistral con el color en este título, también con su banda sonora, para ofrecer una experiencia única a los mandos de nuestro singular personaje.
Hollow Knight tiene de todo. Tenemos un mundo enorme por recorrer, más bien por descubrir, cual Indiana Jones, pues los caminos a elegir son siempre múltiples y nunca sabes a dónde te va a llevar tu elección. Muchos caminos te llevan a buen puerto; otros, habrá que revisitarlos, pues al principio no podremos acceder a todas las zonas por falta de evolución del personaje. Por si fuera poco, Hallownest también está plagado de misterios y secretos; pasadizos ocultos, falsas paredes, suelos al borde de desmoronarse, esperando que tengamos fuerza para azuzarlos. Y como no, debemos hablar del sistema de mapas y ubicación que se ha creado, pues tiene, de nuevo, un enfoque único. Los mapas en este juego no reflejan cada camino existente, sino que sirven más bien de guía, como si los hubiera dibujado alguien a mano a título orientativo. Y es que, de hecho, alguien los dibuja a mano… ¡Ay, Cornifer!, ¿qué haríamos sin ti?
Encontraremos variopintos personajes en nuestra aventura, algún amigo, vendedores, personajes ermitaños en los lugares más recónditos, esperando compartir conocimiento o útiles con nosotros. Y luego están, por supuesto, variedad de enemigos a los que abatir, con unos jefes de quitarse el sombrero. Lo más normal es necesitar varios intentos para superar cada jefe, como en tantos juegos. Pero el sistema no es injusto con el jugador; se trata de ir aprendiendo sus muy marcados patrones de ataque, que sí, requerirán reflejos y habilidad, pero el juego premia tu constancia al hacer que, si aprendes bien la lección, derrotar a los enemigos se convierte en algo entretenido e… incluso diría… sencillo. Cada jefe dispone de diferentes patrones de ataque, y te hace ver, aunque sea de manera breve, cual va a ser el siguiente paso que va a tomar. De este modo, tirando de reflejos y habilidad, puedes anticiparte al movimiento.
Por poner un ejemplo, llegar al Poblado Mantis y enfrentarse a sus señores es toda una experiencia. Seguramente es el primer «jefe» (en realidad son tres) que te pone a prueba en este juego, con un combate frenético, de esos que te aceleran el pulso, y es muy emocionante y gratificante ver como tu destreza para derrotar a los tres señores va progresando con cada intento, hasta que al cabo de unas cuantas derrotas consigues vencerlos sin problemas. Entras a la contienda siendo un… niño, y sales convertido en adulto. El juego sabe que has logrado algo personal en esta batalla, y te recompensará por ello con respeto, respeto y reverencia que realizarán los caballeros y los habitantes de la aldea cada vez que pases por esa zona. Todo un detalle.
Y es que este combate te enseña a jugar a Hollow Knight, tanto, que los siguientes jefes aprenderás a vencerlos enseguida, algunos incluso al primer intento.
Un mundo abierto como Hallownest requiere algún tipo de viaje rápido. De nuevo, Hollow Knight cubre de originalidad sus diferentes medios disponibles para viajar entre zonas, donde el principal será a bordo de, nuevamente, un habitante de Hallownest, alguien que, como todos los personajes que nos iremos encontrando por el camino, cuenta con su propia historia y sus preocupaciones, pues también podremos hablar con él, aunque también dispondremos de una línea de metro (recurso que tardaremos un buen rato en poder habilitar) o diferentes habilidades para surcar el mapa con mayor velocidad.
El reino de Hallownest sufre ciertos cambios a medida que avanzamos en la historia; también sus habitantes tendrán sus evoluciones, como, por ejemplo, irá cambiando el diálogo que nos ofrecen a medida que hayamos desbloqueado más zonas del mapa o habilidades.
Para completar la aventura, dispondremos de todo un arsenal de habilidades y objetos que iremos desbloqueando, encontrando o comprando a lo largo de todo el mapa. Algunas habilidades las conseguiremos y ya se quedarán con nosotros; otras, en cambio, dependen de ciertos ítems, y las podremos activar o desactivar a nuestro antojo cuando nos encontremos en alguno de los bancos de descanso del juego, lugar que también nos sirve para guardar nuestro progreso en el mismo.
La jugabilidad está a gran nivel. El personaje responde a nuestros controles con total precisión, y precisión necesitaremos bastante para ir sorteando los diversos peligros que aguardan en las profundidades del reino olvidado. La respuesta a los controles es rápida y precisa, esencial en un juego de este tipo. Lo normal es que seamos nosotros los que no seremos muy precisos al inicio del juego, pero, poco a poco, vamos aprendiendo de forma natural a ejecutar nuestros movimientos con precisión y soltura a través de este apesadumbrado mundo. De nuevo, recuerdo la lección que nos da la lucha contra los señores mantis.
El detallismo del juego de Team Cherry llega hasta el menú inicio, donde podemos elegir entre varios estilos gráficos para el menú principal del juego. La atención al detalle es una constante en todos los apartados del juego, donde se aprecia un gran mimo en todo lo que nos ofrece, desde su banda sonora, sus personajes, su apartado gráfico, su historia… Más nos llama la atención que todo esto haya sido creado por apenas un equipo básico de personas, surgiendo toda la idea de dos amigos con muchas ganas de desarrollar un videojuego. La banda sonora logra dar en el clavo, creando la ambientación perfecta que nos sumerge en este mundo, un mundo desolado que se encuentra a caballo entre lo físico y lo onírico.
Hollow Knight no nos cuenta su historia; somos nosotros quienes tenemos que ir uniendo las piezas de un puzle muy difuso, de modo que si queremos profundizar en la trama, o simplemente enterarnos de qué es lo que estamos haciendo en este mundo, vamos a tener que dedicar algo de tiempo a enlazar los múltiples fragmentos de historia que nos van contando sus personajes… O también podemos tirar de YouTube, pero claro, en un juego en el que gran parte de la premisa se enfoca en la emoción de la exploración y el asombro ante los descubrimientos más inesperados, saber de antemano qué nos depara la aventura hace que pierda su esencia.
En el apartado más técnico, agradecemos profundamente su perfecta y completa traducción al español, así como su disponibilidad para Linux. En cambio, y como ocurre con otros juegos, nuestro progreso en la partida no es compatible entre Windows y Linux, disponiendo en cada sistema de cuatro ranuras de guardado independientes. También es de agradecer que el juego haya sido expandido y refinado con diverso contenido a lo largo de estos años y todas las expansiones han sido gratuitas.
Y lo vamos a dejar aquí, que creo que ya es suficiente palabrería para expresar lo equivocado que estuve con este título y lo encantado que estoy de poder jugarlo. A decir verdad, llevo en el juego unas 26 horas, y aún ahora acabo de desbloquear la última habilidad básica del protagonista, una reinvención del clásico doble salto. Esto quiere decir que todavía me queda mucho camino por delante… ¿Qué nuevos misterios me aguardarán todavía en el viejo reino de Hallownest?
(ACTUALIZACIÓN 6/07/22)
Tras escribir este artículo me topé con un jefe (cinco juntos, en realidad), llamado Caballero Vigía. Como llegué a él con menos fuerza y vida con la que llegan otros jugadores, este jefe realmente se me atragantó, se mi hizo bola (nunca mejor dicho). Los enfrentamientos comenzaron a sucederse, el tiempo a pasar, y nada, que no lo daba derribado. Tanto es así que dejé el juego de lado una temporada. Podía retroceder y tratar de adquirir nuevas habilidades, pero me daba mucha pereza volver atrás, así que, pasado un tiempo, retomé el juego y continué obstinado en conseguirlo con los medios de los que disponía. Requerí varias horas de prueba y error, repartidas en unos cuantos intentos al día durante varios días (igual soy un manta…), ya que esto es como los estudios u otros problemas: cuando te atascas es mejor tomar un descanso y al día siguiente todo va mejor. Lo dicho, varias horas de intentos fallidos, probando varias combinaciones de amuletos de los que disponía, hasta que al final desarrollé las habilidades y los reflejos necesarios para derrotar a este Caballero Vigía, todo un dolor de cabeza, una especie de Señores Mantis pero a lo bestia. Eso sí, la satisfacción fue enorme cuando, por fin, logré terminar con él (ellos) y pude continuar con la aventura.
Hollow Knight es un juego con momentos de gran dificultad y tensión, y está claro que no vale para gente a la que no le gusta, o no tiene la capacidad, para romperse la cabeza resolviendo problemas en los que está atascado. Además, a veces tienes que recorrer un buen trecho desde el banco de guardado más cercano hasta donde se encuentra el jefe, con lo que vas sumando tiempo y tiempo que necesitas emplear para terminar con él. Eso sí, la recompensa es un mundo muy bello y muy gratificante, con mucho misterio y secretos que valen la pena ser vividos.
Eventualmente, llegarás y derrotarás al Hollow Knight y obtendrás un final del juego… Entonces, el propio juego te lo dirá, y te darás cuenta de que te has dejado atrás mucho, pero que mucho contenido; por otra parte, si echas mano de internet, también te darás cuenta de que ese no era realmente el último jefe que el juego te puede ofrecer.
Todo el mundo que no desista llegará a la lucha contra el Hollow Knight; con toda seguridad, cada uno habrá vivido una experiencia diferente la primera vez que lo haga. En el trayecto, uno habrá visto lugares y encontrado secretos diferentes, habrá conseguido amuletos, mejoras… y habrá luchado contra jefes que, en el camino, otros no habrán hallado. Muchos juegos de mundo abierto, especialmente rol, ofrecen experiencias diferentes a personas diferentes; lo que llama especialmente la atención del juego de Team Cherry es la enorme cantidad de jefes y retos que incluye el juego, contenido de calidad, que no son imprescindibles para terminarte la, ya de por sí, bien extensa y surtida aventura; jefes, tal vez zonas completas, que no te encontrarás por casualidad si no exploras el mapa a conciencia, convirtiendo a Hollow Knight en uno de los títulos más rejugables de la historia del videojuego.