Hemos perdido la cuenta de cuántas versiones de Ubuntu hemos probado en nuestro ordenador, no obstante, no han sido tantas las que han ido perfectas, tanto en instalación como en uso. Ésta es una de ellas: Ubuntu 19.10 va fino fino.
Ubuntu 19.10 será la precursora de la próxima versión LTS 20.04, y la cosa pinta bien de cara a la próxima iteración para entornos de producción, ya que la última 19.10 me ha funcionado excepcionalmente bien, tanto en instalación, como en estabilidad, como en velocidad de arranque.
En esta ocasión no valoramos tanto el que su software y controladores estén actualizados a la última, que lo están, sino esa experiencia intangible de que todo fluye. El proceso de instalación se completa sin problemas, el arranque parece haberse acelerado y la interfaz, refinada, se mueve sin problemas. Las aplicaciones no me han dado ningún cuelgue extraño y se han pulido detalles como que al poner contenido en Netflix, Prime Video, etc., el vídeo no peca de problemas de vsync, como ocurría en 18.04. El único negativo se lo lleva Firefox, al igual que lo hacía en 19.04, ya que no sigue la política de alisado de fuentes que elija. Por ejemplo, siempre desactivo el suavizado de fuentes, y todas las aplicaciones se aplican el cuento, excepto Firefox. Google Chrome no sigue la configuración de alisado elegida en gnome-tweak-tool, pero al menos sí sigue las políticas establecidas en el «obsoleto» archivo de configuración /home/user/.fonts.conf , con lo cual, me vale.
En cuanto al hardware, en los PCs de casa, todo funciona perfectamente, incluido mi MSi, donde se ha arreglado un problema que me daba el WiFi en anteriores versiones (incluso también me ocurre en el reciente Ubuntu MATE 19.10) que es que se perdía conexión reiteradamente en zonas donde con Windows 10 no hay problemas. Tenemos, por otro lado, la «gran» novedad de Ubuntu 19.10 en cuanto a hardware, y es que, en la ISO de instalación, se incluyen los drivers propietarios de nVidia, de modo que los usuarios que deseen usarlos no tendrán que pasar por su descarga, aunque sí será necesario elegir su aplicación desde el panel de configuración de «Software y actualizaciones».
De modo que poco más se le puede pedir a la nueva versión de Ubuntu. Estable, interfaz pulida, funcionamiento ejemplar… Como usuario «de casa», creo que es una migración más que recomendable. Si no la cagan de aquí a la próxima LTS, va a ser un gran sistema de cara a instalar y olvidarse por años.
daniescribe 